Se
trata de una expresión coloquial muy al uso sólo en las islas, siempre en el
escenario laboral, entendiéndose en la actualidad que hacer argollas
en el trabajo, no es otra cosa que hacer lo que sea menos trabajar, y de cuyo
origen no se han realizado conjeturas algunas.
Tan
sólo Pancho Guerra recoge en su léxico grancanario: «ARGOLLAS (HACER).- Se dice
de los que emplean recursos maliciosos para descuidar la obligación, y de los
que abandonan el trabajo y distraen el tiempo vanamente».
Con
anterioridad los hermanos Millares Cubas incluían la siguiente expresión
coloquial, ya en desuso: «TENDERSE A LA PANCA.- Es el descanso
profundo, total, deleitoso del que se acuesta a sus anchas, dejando caer los
miembros desmayados y lacios, resuelto a no moverse ni a ocuparse en nada. Más
que al reposo del trabajador, se aplica a la desidia del holgazán», marcando
cierta distancia en su aplicación como bien dicen al "reposo del trabajador".
De
la voz "panca" ya en desuso, que puede provenir del
portugués "pança" con
significado en español de "panza",
tenemos registrado por la ACADEMIA
CANARIA DE LA LENGUA el canarismo al uso en Tenerife de «pancada.
1. f. Tf. Hartazgo. 'Está así de gordo
de las pancadas de potaje y gofio que se come'».
Sin
embargo con lo manifestado por los hermanos Millares Cubas en su léxico de la
expresión coloquial TENDERSE A LA PANCA, con posterioridad Pancho Guerra toma
prestado el término de "panca"
y nos aporta un significado más entendible a los tiempos actuales «PANCA(A
LA).- Tendido "a la bartola". Postura cómoda», pues nos
remite a una locución adverbial recogida en el DRAE:
«bartola.
(De Bartolo, acort. de Bartolomé). a la ~. 1.
loc. adv. coloq. Descuidando o abandonando el trabajo u otra actividad.
Echarse, tumbarse a la bartola. 2.
loc. adv. coloq. Despreocupándose, quedando libre de toda inquietud o
preocupación».
La
remisión que por analogía nos hace Pancho Guerra a la castellana "bartola", en su primera
acepción nos introduce en el escenario laboral que los hermanos Millares Cubas
habían excluido, y así en su publicación Las
Memorias de Pepe Monagas incluye una secuencia que nos describe ese
escenario «Después estuve un tiempo dando
tambucazos, sin pegarle a nada, quitando
alguna mano que le echaba a los de mi rancho en aretes para el turrón y en
el turrón mismo. También solía subirme a las lomas y tumbarme a la panca a ver volar contra el cielo de la media tarde
los suspensos y altos cometones, que eran como gallos soberanos y dos en el
corralillo de las cometas».
De
cómo pudo sustituirse la locución Tenderse a la panca por la actual Hacer
argollas con igual sentido, algunas conjeturas podrían hacerse que nos
llevaran al sentido figurado o real de la misma.
Tiempos atrás mientras se
trabajaba, era normal observar ese cigarro a medio consumir que se mantenía apagado en la comisura
de los labios, aguardando de alguna forma que el fumador acercara la lumbre
para echarse una buena calada de humo, y ello sin parar de trabajar, pues
cuando se paraba era para dar cuenta del almuerzo o simplemente reponer fuerzas
y "pegar" de nuevo.
Podía
ser así por ese mal llamado cigarrillo de entonces, al que podíamos calificar de "autoregulable", pues en su
gran mayoría eran de esos que se liaban con "jebra"
de tabaco dentro de una seleccionada "camisa"
de piña, o con ese papel de arroz de eses cajitas rojas de siempre, o en el
mejor de los casos, que se tratara de un tabaco "briginio" ya preparado.
Veamos
lo que nos dice Pancho Guerra de esos canarismos para saber de lo que hablamos:
HEBRA(Jebra).- Tabaco elaborado en forma de
filamentos cortos; era el más usual entre fumadores isleños.
CAMISA.- Vaina membranosa que cubre la piña o
mazorca de maíz. En castellano, "farfolla". La Academia recoge
también el murciano "perfolla", el argentino "gallarofa" y "panca", voz quichue o de los
indios de cierta región peruana.
VIRGINIO.- Cigarrillo fuerte, de tabaco negro,
usado también sin liar, que suele fumar preferentemente la gente del pueblo.
Fueron famosos los cartabuches, los de Viera, los de Kruger, etc. Vulgarmente
se le dice "Tabaco briginio".
Deberá su nombre a su procedencia de Virginia.
Necesariamente
no parece guardar relación la voz quechua (Perú) "panca" con
nuestra antigua locución adverbial, pero no deja de ser curioso que así sea.
La
desaparición de estos viejos cigarrillos con la comercialización de los
actuales cigarrillos, mucho más industrializados y con aditivos que facilitan
su combustión aún cuando no se aspiren, terminaría por obligar a los
trabajadores a parar en su trabajo manual para fumar por la dificultad de mantenerlo
encendido en los labios, lo cual comportaría en aquellos trabajos de gran
esfuerzo físico aprovechar para tenderse y recuperar las fuerzas.
De
alguna forma esta relajación mientras se fumaba podría conllevar la expulsión
del humo formando aros o "argollas",
acción que todos aquellos que hemos fumado en algún momento de nuestra vida, hemos
experimentado como una buena sensación. La sorprendente aparición del encargado o
jefe que observa esta escena, debió desencadenar con enojo la pregunta ¿Qué,
haciendo argollas?, esperando como única respuesta que el trabajador
volviera al trabajo.
Si
una secuencia normal como la descrita pudo suceder, no resultaría nada extraño
que con el paso del tiempo la costumbre arraigara y se popularizara la locución
Hacer
argollas, perdiéndose el rastro de cuándo y cómo surgió, aún cuando el tiempo transcurrido no sea mucho por la velocidad con la que ahora vivimos y poco nos detenemos en los pequeños detalles.