Se trata de un decir muy antiguo que hace referencia al
trastorno muy común de síntomas en el estómago, sintiéndose ardor en la boca
del estómago que provoca dificultades
para hacer la digestión, traduciéndose en notable pesadez después de comer. Son
síntomas que en la actualidad los profesionales de la medicina asocian también
con la aparición del síndrome de intestino irritable y la anorexia.
Tradicionalmente se argumentaban
sus orígenes en la angustia, inseguridad, miedo, rabia o estrés motivados por
emociones negativas, que además de atacar al sistema nervioso afectan al
estómago. Cuando ello acontecía, el dictamen popular manifestaba este decir "Se le descompuso el pomo",
conociéndose de otras versiones como "Tiene el pomo esconchabao",
y aquel otro cuando el sujeto era una mujer de "Se le descompuso la madre",
de donde surge a posteriori "Le arreglaron el pomo" o "Le
arreglaron la madre"·
Todo ello guarda relación
con la llamada medicina popular practicada por curanderos o yerberos, que
basaban la curación del pomo o la madre en diestras friegas o sobaos que con
sus manos realizaban sobre el estómago del aquejado paciente, con la pretensión
de "colocarlo", y tratando
de suavizar la característica rigidez estomacal recomendando la toma de infusiones
de hierbas como manzanilla, tila, pasote, corazoncillo (hierba de sanjuan),
pasiflora, melisa, azahar, albahaca, orégano, valeriana y otras.
En la antigüedad las altísimas
dosis de fanatismo de la Inquisición sustentaba que todo fuera calificado de "brujeril", y perseguía como
tales a los curanderos y yerberos que poseían grandes conocimientos de plantas
narcóticas o venenosas, así como las antes mencionadas con buenas propiedades como
tranquilizantes, relajantes, calmantes, antiespasmódicas, etc., que mejoraban
el estado del paciente al reducir la adrenalina.
Por encuestas realizadas
se conoce que tres de cada cuatro personas en Canarias conocen a un curandero y
que recurren a ellos dos de cada diez de la población veinteañera, acreditándose
así el arraigo de la medicina popular en la sociedad canaria desde los estratos
más bajos. Refuerza esta proximidad a la medicina popular la circunstancia de las
islas no capitalinas donde es frecuente que las hierbas medicinales sean objeto
de "regalo", siendo por
tanto muy baja su comercialización.
En cuanto al significado de
las palabras que componen el decir, Agustín
Millares Cubas nos cuenta del pomo: «Para nosotros el pomo no es un frasco de esencias, ni una parte de la
guarnición de la espada: es una vaga región del organismo, cuyo asiento debe
hallarse en la boca del estómago, pues allí se aplican las friegas dedicadas al
pomo. "Tener el pomo descompuesto" es un estado morboso cuya misma
indeterminación y vaguedad lleva consigo un hálito de terror. Para componerlo
se llama al médico, pero no al de diploma, sino al yerbero, uno de los tantos mercaderes
de ilusión cuya clientela probablemente será eterna».
También nos da cuenta este
autor del comentario recogido en relación con las friegas: "El
enfermo mejoró desde que se le dieron algunas estreguinas en el pomo",
no incluyendo el término "madre"
de donde su uso parece posterior al siglo XIX conforme avanzaron los
conocimientos, dado que tampoco lo recoge Pancho Guerra.
De lo recogido por este
último autor, del pomo comenta que es un «Organo
o función que se desarrolla por el vientre y que de él depende la salud o
malandanza del interesado. "Se le descompuso el pomo": está muy malo
de algo indefinido, pero que no le deja medrar. No lo registra el Diccionario».
Igualmente recoge los sobones
de los cuales dice que es un «Procedimiento
terapéutico empleado, por ejemplo, cuando se tiene el pomo esconchabao (V) o el
vientre dolorido, etc. De "sobar"». Y de los yerberos nos dice que son «Curanderos en especial los entendidos en
enfermedades de los animales y que curan a base de yerbas. También los que
saben arreglar el pomo con sobones y bajeos».
La Academia Canaria de la
Lengua recoge en su diccionario de canarismos los siguientes términos:
Una única acepción de «Pomo. m. En la creencia popular, órgano
o zona del estómago del hombre que se descompone a consecuencia de un susto o
un fuerte disgusto. Fue al curandero porque tenía el pomo descompuesto».
Y una quinta acepción de «Madre
f. En la creencia popular, órgano o zona del estómago de la mujer que se
descompone a consecuencia de un susto, disgusto u otras causas similares».
En cuanto al origen de las
palabras utilizadas en el decir, entiendo que pomo puede guardar
relación con la "bola" que se forma en el estómago que se padece esta
dolencia, de donde proviene etimológicamente el «Pomo.- Agarrador o tirador de una puerta, cajón, etc., de forma más o
menos esférica» y la «Poma.- Especie de bola elaborada con varios ingredientes,
por lo común odoríferos» significados que nos aporta el DRAE.
Con respecto a la
utilización en el decir del verbo descomponer, es sabido que el léxico
canario adoptó americanismos de los recursos naturales etno-medicinales muy
populares en la sociedad isleña como son pasote, amor seco, alamillo, etc., y
sabemos del propio DRAE recoge que la voz Curandero «1. m. y f. Persona que, sin ser médico, ejerce prácticas curativas
empíricas o rituales» y «2. m. y f. Persona que ejerce la medicina sin título
oficial».
También recoge la voz
Componedor/ra,
que procede de "componer" de la que nos aporta una primera acepción
muy común que dice «1. m. y f. Persona que compone», y una segunda usada en
Argentina, Colombia y México «2. m. y f. Persona hábil en tratar
dislocaciones de huesos», de donde podríamos aventurar que si bien viajaron
hasta las islas la voces de las hierbas americanas, y el verbo que describe el
padecimiento "descompuso",
que con el prefijo "Des_" denota
negación o inversión del significado de compuso.
No arraigó el nombre de quien practica tal acción, "componedor",
al prevalecer el castellano "curandero" que se aplica generalmente
a todos los habilidosos practicantes de la medicina popular en Canarias.
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