Esta
es una de las expresiones que más en uso encontramos, donde el canarismo "rascado"
de nuestro léxico coloquial, ha ido adquiriendo distintas acepciones que no
guardan ninguna relación con el significado que el DRAE aporta del verbo "rascar"
en su primera acepción recoge «Refregar o
frotar fuertemente la piel con algo agudo o áspero, y por lo regular con las
uñas», si bien en su sentido figurado es el estado en que queda el "piojo" sometido al continuo "rascado".
Vayamos
viendo cronológicamente los distintos significados que se han ido recogiendo y que conviven aún en nuestro lenguaje
coloquial.
El académico Agustín Millares Cubas en el siglo XIX recogía «RASCADO.-Quedarse
rascado. Cuando un asunto se resuelve en
sentido opuesto a nuestros deseos y esperanzas, con pérdida del objeto de nuestras
aspiraciones, el resquemor que nos resulta, se traduce en lenguaje canario por
quedarse rascado, esto es, ofendido, mortificado.
— ¿Conque nombraron a Frasco para el
puesto que Chano pretendía?
— ¡Uy! El hombre se ha quedado más
rascado!,..
Al
siglo siguiente, Pancho Guerra recogía otra acepción más del entorno de
nuestros tenderetes y ratos de asueto: «RASCARSE.- Tocar unas folias, etc.
"iRáscate otras, Pepe!"», escuchándose en la actualidad este
mismo verbo reflexivo para demandar se tome unas copas con los amigos.
En
su léxico se recogen igualmente otras variantes que fueron utilizadas por el
autor en sus obras costumbristas como son las siguientes:
rascado/-a = dolido, apesadumbrado, fastidiado.
rascado
como un piojo =
con resquemor, enfadado.
rascarse = ejecutar, tocar.
rascarse.
V.: rascado,
rasquera.
En
las Memorias de Pepe Monagas recoge el sentido del "dolor de
bolsillo" por haber pagado algo de forma cara, que no guarda relación su
precio con el servicio médico recibido. Así cuando cuenta de la fonda Hotel
Cagajón que había en El Terrero, nos narra de un galeno como sigue:
«Por cierto que siendo yo apenas más
que pollillo, oí hablar de cierto médico barato, apellidado Suárez Estupendo,
que no sólo paraba en tal hospedería, sino que allí abrió su despacho. Contaban
que algún isleño de los de entendimiento y lengua salpimentones, tal vez rascado por lo que creyó demasía en
una cuenta, o porque sin piedra ni palo -y arriba cobrándole- le acabó la
casta a algún pariente que andaba a trompicones con la salud, púsole en la
puerta un papel que con hermosa y refistoleada letra rezaba así:
"Doctor
Suárez Estupendo
ofrece
su habitación
en
el hotel Cagajón,
a
la derecha subiendo.
Si
falla la curación
-cosa
que viene ocurriendo
con
tanta reiteración
que
al que trincó, va abicando-
encontrarán
el cajón
a
mano izquierda, bajando"».
El
diccionario de canarismos de la ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, nos incluye una
nueva acepción del verbo "rascarse" cuando recoge: «1. prnl. Embriagarse. 'Cuando se rascaba se
ponía muy pesado'».
En
cuanto al adjetivo "rascado, da" recoge una primera acepción que compendia lo que ya se conoce « 1. adj. Pesaroso, disgustado por verse
privado de algo que pudo haberse conseguido. Se emplea sobre todo en la
expresión estar o quedarse rascado. Se quedó rascado por no haber podido ir al
aeropuerto a recibir a su tío. Igualmente una segunda acepción usada en Fuerteventura
en los ambientes agrarios, que describe una acción con la preparación del terreno
que nada tiene que ver con el sentido figurado que hemos comentado: «2. m. Fv.
Arada superficial. 'Le dio un rascado a la gavia, y la plantó de
chícharos'».
En la actualidad, probablemente porque nuestra
sociedad se ha vuelto más materialista, más pendiente de que la fortuna nos acompañe
para la obtención de dinero fácil, surgen expresiones referidas al que se quedó
"Más
rascao que un piojo" porque fulano compró delante de mí el número de
los ciegos o de la lotería que resultó premiado y yo no lo copié. Es cuando "rascao
como un piojo" decimos aquello de "tuve los millones en mi mano,
no lo cogí (el cupón/décimo) y se los
llevó Juanito. Vaya rasquera".
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