Es
uno de esos tantos decires perdidos
en el tiempo muy al uso en los campos de las islas, de tiempos cuando llegaba
el momento de recoger una cosecha, como las de papas, y los vecinos se ayudaban
unos a otros solidariamente para realizarla dentro de una misma jornada, no sea
que al día siguiente lloviera, se retrasara la "cogida" y pasando los días esperando que la tierra
estuviera algo más seca, se perdiera parte de la misma. En ocasiones, podridas
de tanta agua.
Era
una larga faena, que se realizaba con intensidad, requiriendo algún que otro
descanso, para recobrar fuerzas y compartir el almuerzo preparado por la
familia agradecida por el favor de la buena vecindad. En ello se iba algo más
de una hora, a ratos conversando sobre cómo le iba la vida a cada uno. Llegado un
momento, como si ya hubiera transcurrido el tiempo estimado, alguno de esos
vecinos creía llegado el momento de reiniciar la "cogida", y con voz de mando entonaba el sabido "Vamos
a darle otra pechá", frase que el anfitrión y propietario de la
tierra no se atreve a pronunciar por respeto, por no sentir pesar por abusar de
la colaboración de sus buenos vecinos (Fuente oral: Juan M. Díaz Quintana - Montaña
Alta de Guía).
Recoge
el diccionario de la ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA el significado de «pecha.-
1. f. Acción y efecto de pechar». Y del verbo pechar hasta tres
acepciones que las circunscribe a su origen etimológico en lo deportivo: «1. v. GC.
Competir. 2. v. GC. En la vela
latina, hacer una regata, generalmente dos botes, en plan de prueba. 3. v.
Enfrentar los gallos de pelea unos con otros, con las espuelas cubiertas, para
irlos preparando para la riña», coincidentes con las que recoge Pancho
Guerra.
También
recoge el término pechada, versión más
académica que no ha respetado la síncopa gramatical, o lo que es lo mismo, la supresión
del sonido de la última sílaba operada en el lenguaje coloquial, pero dando una
primera acepción distinta a las anteriores «1.
f. Acometida con el pecho. 'Le dio tan fuerte pechada, que lo tiró para atrás'»
que es lo interesado en nuestro
decir.
Es
ésto en esencia lo que demandaba de todos los participantes en la "cogida" aquel vecino que entonó
este reto común; sencillamente porque el esfuerzo final de todos se resume en
los sinónimos que recoge la séptima acepción del DRAE para la palabra "pecho", que no son otros que «valor, esfuerzo, fortaleza y constancia»,
condiciones todas ellas que se requieren para acabar la faena en lo que queda
de jornada. Como si se dijera después de lo ya realizado "Vamos darle otro valor, esfuerzo, fortaleza
y constancia a nuestra faena para acabar lo que hemos empezado". Y lo
resumen en una voz que todos entienden: "pecha".
Acabada la "cogida" todos celebraban con
satisfacción haberla realizado con éxito, sabiendo que otro día vendrá en que
todos volverán a reunirse para ayudar a otro cualquiera de ellos. Porque así es
la vida en el campo canario y todos sacarán pecho por ello.
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