martes, 21 de enero de 2014

El que no quiere pargana que no se arrime a la era




Este decir es una adaptación del castellano "El que no quiera polvo que no se arrime a la era" u otras variantes en el mismo sentido, aún cuando el castellano es usado para recriminar a quienes protestan o se quejan ante los inconvenientes que produce alguna tarea.

La sustitución en su construcción de la palabra "polvo" por el canarismo "pargana", tuvo la intencionalidad del uso que aquí se le da a la expresión, para que alcanzara la advertencia de un mayor escarmiento, en el sentido figurado de los daños que la "pargana" puede producir. Se afianza este sentido sustituyendo además la conjugación del verbo "querer", donde la tercera persona del tiempo Presente del modo Subjuntivo "quiera" del castellano es sustituida por la del modo Indicativo "quiere" del canario, y así del modo Subjuntivo con que el hablante peninsular expresa el deseo o la inquietud por lo que pueda suceder, en el modo Indicativo el hablante de las islas afirma un hecho cierto, que no le ofrece dudas que así sucede.

Se convierte probablemente en un sinónimo del castellano "Ir por lana y volver trasquilado" que advierte del perjuicio que produce a quien fue a ofender y volvió ofendido, o a quien buscó más de lo que tenía y se queda sin lo que poseía. Como diríamos de forma más sencilla  "El que no quiere pargana que no se arrime a la era" es usado como quien dice "no me busques las cosquillas que las va a encontrar" como seria advertencia a los que les gusta buscar pleitos y salen mal parados.

Del canarismo "pargana", que según algunos autores puede proceder de la lengua muerta de los aborígenes canarios, recoge la ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA que  es la «Raspa de la espiga del trigo. 'En unos sitios dicen pargana y en otros plagana, que son los filamentos de la espiga del trigo».

Pero es el campesino canario quien mejor conoce a qué se le llamaba "pargana" y los daños que en las eras podían ocasionar durante la aventada para entender el decir,  como nos lo cuentan sus descendientes:

«Con respecto al término pargana, me acuerdo que mi padre siempre me decía cuando trillábamos el trigo y sobre todo más que el trigo, cuando majábamos el centeno "Ten cuidado no sea que se te meta una pargana en el ojo", refiriéndose a los filamentos del centeno, y el centeno es uno de los cereales que más se suelen dar en terrenos o escabrosos , o sea, que no necesita demasiada tierra para crecer, ni demasiada agua, cosa que no ocurre con el trigo y otros cereales como la cebada y la avena , que eran los comunes de sembradío en los campos. Por eso el término pargana lo utilizaba principalmente con el centeno, la cebada y el trigo aunque no era una zona que se plantaba demasiado, tengo que reconocer que también tenía filamentos» (Información oral: Jose Manuel Díaz Quintana / Montaña Alta de Guía).

En cuanto a la etimología del término "pargana" nada se ha adverado sobre su posible procedencia aborigen, si bien se aproxima a la palabra "pírgano", admitida en la actualidad por el DRAE como de uso en Canarias con el significado de «Vástago con que se une la rama al tronco de la palmera, utilizado para mangos de escobas y en cestería», término que fue incluido por Dominik J. Wölfel (Monumenta Linguae Canariae, Graz, 1965), por sus raíces sonoras de origen bereber, voz que según el investigador era así conocida en Gran Canaria, inventariada por los hermanos Millares Cubas y por Elías Zerolo; y bajo la variante "pirguam" en La Gomera, mencionada por Fernán Peraza.

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