viernes, 17 de enero de 2014

Un buey solo no ara




Sabemos que los refranes y sentencias castellanas son adoptados en las islas, y muchos además son adaptados a su léxico o lenguaje coloquial, llegándose a la sustitución de animales y plantas por aquellos que se corresponden con nuestro medio natural. En ocasiones se observa que del sentido negativo se pasa al positivo, o lo que es lo mismo, se importan enunciados con cierto pesimismo y son aquí cantados con optimismo.

Algo muy distinto y novedoso acontece con este decir, pues el tradicional castellano es antagónico al nuestro en su significado, en sus dos versiones: "El buey suelto bien se lame", "El buey solo bien se lame".

Como bien apunta el INSTITUTO CERVANTES, del sentido figurado que el buey alcanza a lamerse por todas partes al no estar atado al yugo, resulta que su significado enaltece a la persona que, por estar soltera, no tiene las ataduras del matrimonio, o también de que quien no sirve a nadie hace su voluntad sin tener que depender de los demás. Engrandece consecuentemente lo apreciable de la libertad. Como lo describiera el novelista José María de Pereda y Sánchez Porrúa (1833–1906) en su obra "El buey suelto".

En las islas, en cuanto a las dependencias económicas está acreditado que el canario siempre tuvo gran preferencia por trabajar por su cuenta, de forma autónoma, lo fuera en sus faenas en el campo, en el pastoreo y en las labores artesanas. Intentaba de esta forma no estar subyugado al caciquismo de las clases privilegiadas que en su condición de terratenientes siempre pretendieron la dominación, bien lo fueran como colonos, jornaleros o aparceros.

No debiera entenderse el término cacique en el sentido revolucionario o marxista como algunos han pretendido etiquetarlo, sino en la correcta etimología que nos describe Joan Corominas con su antigüedad a 1492 «Del taíno de Santo Domingo, donde designaba a los reyezuelos indios», que en gran manera se sustanció en la gran emigración canaria que conoció de sus secuelas en la sobreexplotación de los llamados "braceros" en las grandes plantaciones.  

Ese espíritu individualista que fijaba como meta el canario para conservar su libertad en el ámbito económico, generalmente no era seguido en el ámbito social, donde las relaciones se estructuraban desde el modelo patriarcal que ostentaba en la familia creada, y la relaciones de vecindad se reforzaban al término de la jornada laboral, para converger en los lugares de encuentro, en una nítida definición de buscar la compañía del amigo, conocido o para compartir esos ratos de asueto.

Esta necesidad de comunicarse con sus vecinos le lleva a preferir el pizco de ron, el queso y las garbanzas siempre acompañado, enarbolando aquella sentencia que le excusa de "Un buey solo no ara", pues sabe de los difícil que es realizar esta labor con un solo buey, pues lo más adecuado es hacerlo con una mula; a un solo buey es complicado ponerle la camella y dominarlo. Se reconoce que después de tanto esfuerzo trabajando solo como un buey, lo apropiado es compartir el pizco con otros vecinos, a sabiendas que es un alto en el camino hacia el hogar familiar.

2 comentarios:

  1. Según Cristóbal y Ruperto Barrios, en su libro "Crónica de La Guancha a través de su refranero" (Cabildo de Tenerife, 1988), también en esta localidad el "decir" "El buey suelto bien se lambe" se refiere a los paisanos económicamente desahogados. Tiene una respuesta de aquellos que, sin llegar a igual desahogo, tampoco podían quejarse: "Y el amarrado también; no se lamberá solo pero se alcanzar a lamber".

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    1. Gracias por el comentario que añade más información que suma la "libertad" económica a los fines del mismo y que desconocía.

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