lunes, 27 de enero de 2014

Hijos de gatos casan ratones




Este antiguo decir adoptado del castellano con el seseo canario operado sobre el verbo "cazar", argumenta como idea principal que la herencia genética de padres a hijos comporta atributos buenos y malos, si bien siempre ha sido usado para destacar que las buenas aptitudes del hijo son fiel reflejo de las mismas aptitudes que tenía su progenitor.


Del seseo canario hay que destacar que muchos autores han avalado documentalmente que este fenómeno de pronunciación se encontraba ya en el habla de los primeros españoles que llegaron a las islas (MORERA, M.: "Algunas características del español canario del s. XVIII", Anuario de Estudios Atlánticos, 2004).


Las buenas aptitudes del gato para la caza guardan relación con el desarrollo de sus buenos sentidos, con una vista excepcionalmente adaptada a la caza, especialmente de noche al disponer de una excelente visión nocturna, periférica muy amplia y binocular que le permite calcular distancias con exactitud. La visión diurna es deficiente, no es tan buena como la de los humanos. Detectan como buen felino con más facilidad el movimiento que el detalle, si bien se cree que distingue una limitada gama colores. Por contra su oído es extremadamente sensible, detectando una amplia escala de sonidos que alcanza los ultrasónicos, si bien es menos sensible a las frecuencias bajas.


Probablemente el gato y el burro son los animales que más aparecen en el refranero español, y este decir en concreto parece tener sus raíces en el antiquísimo ya en desuso que reza "De padres gatos, hijos michinos", palabra esta última con la que coloquialmente antes eran llamados los gastos, y que prácticamente ha sido sustituida también coloquialmente por "minino". El gato es también de todos los animales domésticos, el que más se asocia a supersticiones y leyendas, y ya en el antiguo Egipto eran sagrados, encontrándose una divinidad con cabeza de gato llamada Bastet, o representada como un gato doméstico sentado.


Entre los distintos refranes de gatos, encontramos otro muy usual en las islas que reza  "La gata que pare deprisa, trae gatos ciegos", sin que se conozca si esta sentencia tiene respaldo científico, o simplemente es consecuencia de los partos anómalos, pues desde que su primera cría entra en el canal de parto, puede tardar un mínimo de treinta  minutos en nacer, y los siguientes nacerán cada uno al menos con media hora de separación. Sí es conocido que si la gata detecta peligro o la presencia de otros animales, retrasará el parto, posiblemente por su instinto de protección de madre, dado que sus crías nacen sordas, ciegas y desvalidas, permaneciendo así durante un mínimo de ocho días.


Curiosamente este conocido mundialmente decir, en versiones similares, aparece documentado en un antiguo proverbio italiano «La gatta frettolosa fece i gattini ciechi», que traducido al español sería «La gata presurosa pare los gatitos ciegos». Todas las versiones tratan de trasmitir el mensaje de hacer las cosas con calma, y que la prisa no es buena consejera.


En las islas a la palabra "gata" se le daba otra acepción, y así Agustín Millares Cubas nos contaba que «Coger una gata es emborracharse, o intoxicarse como hoy dicen las personas eruditas y bien educadas». Luego evolucionó de alguna forma y así Pancho Guerra nos decía que "gatadas" son «malas artes, ventajismos». 

Habrá que entender que el primero obedece a las dificultades de "coger una gata" por sus continuas esquivas zigzagueantes, como que el perseguidor emula el zigzagueo del borracho. El segundo posiblemente se debe a la defensa a ultranza que hacía la gata de su camada cuando algún intruso pretendía disponer de ella y resultó aruñado por la diligente madre.


También se escucha en las islas un antiguo pareado  que trata de las facultades del gato en su mejor atributo:
«Hay gatos de condición
que cogen la perdiz volando,
otros se pasan la vida cazando
y no cogen ningún ratón»


pareado que en realidad va destinado a los humanos ineptos de condición.

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