jueves, 2 de enero de 2014

La teta que mano no cubre, no es teta que es ubre




Muchos decires de las islas tienen sus raíces en los ambientes pastoriles, probablemente por la costumbre tradicional de hablar coloquialmente entre ellos de los vecinos utilizando figuradamente la jerga pastoril para destacar sus atributos o defectos.


Este decir que es dedicado a aquellos hombres que muestran una especial predilección o atracción por la mujer con grandes pechos, también lo es para aquellos que practican la avaricia de todo tipo en la vida.


El académico Agustín Millares Cubas ya en el siglo XIX establecía tres categorías para los mismos: «Agarrado, jilmero y "avaro" son tres grados en la práctica del ahorro, que deja entonces de ser virtud».


Del AGARRADO recogía textualmente que era un «Modismo expresivo que designa al sujeto que, sin ser propiamente avaro, evita las ocasiones de gastar y cuando llega el caso, gasta poco. Etimología: No se cae, sabe agarrarse. "¡Que agarrado es Don Pancho!" "Es Alejandro en puño"».


Sobre el segundo contaba del «JILMERO.- El jilmero no llega a la talla pasional del avaro. Es el "miserable" o "miseriento" según otro modismo canario, el "puerco", el que evita las ocasiones de gastar y busca las de comer, beber o fumar de gorra o de guagua, esto es, a costillas de otro».


En la entrada a su léxico sobre el significado de MISERIENTO nos cuenta algo más de su sentido «En este país en que generalmente se practica la economía y se evitan los gastos inútiles y de pura ostentación (es más: hay quién no puede menos de incomodarse cuando le pasan una cuenta) es preciso ser muy avaro, muy "puerco", para merecer el calificativo de miseriento.


El pueblo aplica el de M... al "miserable", al Alejandro en puño, que rehuye contribuir a los gastos más legítimos y más sagrados. Conocí en lejanos tiempos a un tipo que .todo el mundo conocía por Juanito M...».


La repetida expresión o frase alusiva a un personaje "Alejandro en puño"  que recoge en su léxico Pancho Guerra con el significado de «avaro, tacaño», fue utilizada por nuestro ilustre Benito Pérez Galdós en su obra Fortunata y Jacinta, concretamente cuando doña Lupe alude a la tacañería de su sobrino Nicolás de la siguiente forma: «Es Alejandro en puño y no le gusta ser rumboso sino con dinero ajeno».


Manuel C. Lassaleta, gran investigador de la obra galdosiana consideraba que «... la señora haya improvisado esta frase por un cruce entre el recuerdo de ese gesto que consiste en cerrar fuertemente el puño al referirnos a quien se resiste a abrir la mano y entrega dinero, y el famoso Alejandro de Macedonia que metió en un puño a gran parte del mundo antiguo».


Volviendo a nuestro decir y su localización en el mundo pastoril de las islas, es oportuno destacar los matices en cuanto a la relación del tamaño de la mano con la teta, pues hay términos en nuestro léxico que nos aclaran sus ideales condiciones en palabras de Pancho Guerra.


Cuando dicen BAJAR, se refiere a «Acudir el raudal de leche hasta el pezón de las ubres cuando se practica en ellas el apoyo o apoyadura». También lo es el término SOBAJAR (Sobajiar), de cuyo verbo nos cuenta su significado «Trabajar las tetas de los animales, a la vez que las ubres lecheras, con un caricioso masaje para que acuda el raudal de leche con que amamantar a la cría o preparar el ordeño. Esto último se suele practicar poniendo al recental junto a la madre, a fin de jugarle a ésta una apoyadura. En castellano tiene otro sentido».

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