Dice Pancho Guerra que MALAMAÑADO es «Persona torpe, sin
habilidad. Poco hábil, no "mañoso”.
De difícil y peligrosa condición. (Una lucha "malamañada" es aquella que resulta poco airosa. Un palo "malamañado" es aquel que no
se presta bien para el destino que se le quiere dar. Se contrapone a "bienamañado")».
Descrito el personaje que se menciona en el dicho, que en
ocasiones se da a un útil cualquiera o a una luchada como se cuenta, como bien dice nuestro
referente en su inacabada obra póstuma publicada bajo el título de Contribución al léxico popular de Gran Canaria,
en buena medida completada con los textos de Memorias de Pepe Monagas, resulta conveniente reparar en la
comparación que se hace en el decir.
La referencia al cochino, más finamente conocido por cerdo, hay
que destacar entre sus atributos que se trata de un animal de cuerpo pesado y
redondeado, de hocico largo y flexible, patas cortas con pezuñas y una cola
corta. Bien sabemos que su piel es gruesa pero sensible, está cubierta en parte
de ásperas cerdas, como se llaman sus gruesos pelos.
Este peso algo desproporcionado a su tamaño en comparación
con otros animales de su talla, y su especial "redondez" con una especial piel prácticamente sin pelos
de donde agarrarlo de por sí es complicado, unido a su carácter algo irascible cuando se le trata de coger,
hace complicado no sólo ponerlo bajo nuestro brazo, sino tratar de mantenerlo,
cuestión que se facilitaría si fuera una pequeña cría, o si se tratara de un perro e
inclusive un gato. De ahí que el calificativo de "malamañado" adquiera su mayor dimensión y extensión.