No debiera ofrecer dudas su interpretación,
si entendiéramos de tres antiguos recursos naturales que paran la flojera de
estómago, o al menos así lo dice el refrán.
Las almendras
son muy ricas en fibras, conteniendo un 10% en fibra soluble y el 90% en fibra
insoluble. La primera al disminuir la absorción de nutrientes, controla los
niveles de glucemia e insulina. La fibra absorbe el exceso de agua aumentando
la consistencia de las heces, produciendo así un efecto antidiarreico, dando
sentido a nuestro decir.
Las uvas,
al contrario, cuando se consumen en exceso pueden producir diarreas, dado que
un 80% está compuesto por agua, y el resto es fibra. En todo caso, el recurso
natural que apunta nuestro decir para
con la uva, debe guardar relación el contenido de dicha agua, que según los
expertos, lo es en hierro que previene la anemia y favorece el sistema inmunológico,
aportando también vitaminas A, B, C, K, D y E, y además de potasio, fósforo y
calcio, que ayudan a combatir el cansancio y los calambres musculares.
El tuno,
llamado en la península “higo chumbo”,
muy bajo en grasas y equilibrado en azúcares, es muy rico en fibra soluble, que
produce el efecto de saciedad, ayudando a regular el tránsito intestinal, siendo
por tanto un remedio contra el estreñimiento.
Conociendo por las fuentes nutricionistas un
poco más de los tres recursos naturales apuntados, y sin prescindir de la
certeza por definición que de forma tradicional apunta la sentencia de nuestro decir, nos traslada cierta incertidumbre
su interpretación. Pudiera tratarse que la adición de los tres recursos (almendra,
uva y tuno), por sus aportes beneficiosos a título individual agregados, permitieran
resolver un proceso diarreico, y ello desde la presunción de que el agua de la
uva, rica en vitaminas, se convirtiera en el catalizador de las propiedades de
la almendra y el tuno que son escasos en aguas, a los efectos del decir.
Pancho Guerra en su léxico de Gran Canaria
incluye el término “CORRENCIA (Corrensia)”,
dándonos su significado y sembrando aún más nuestras dudas en la interpretación
certera del decir.
«Colitis, diarrea. (Es castellano castizo, pero tal vez no
tenga ya vigencia más que en los perdidos rincones de las cumbres insulares. Se
usa mucho en Murcia. Un campesino que se manducó en una ocasión una excesiva cantidad
de higos chumbos o tunos, contaba al cabo del mal trance a que le llevó el
hartazgo: "Primero me tupi y después pegué con una "corrensia",
"Usté, que casito me voy por el palo"».
Nos aclara más adelante en la locuciones el
significado de «IRSE POR EL PALO.- Zurrarse,
caer en una descomedida diarrea». Y el verbo “caer” en el sentido literal de la frase en el léxico canario, no
es otro que «despeñar = evacuar, deponer»
y «despeños = diarrea».
Con anterioridad fue recogido por los
hermanos Millares Cubas en su léxico «DESPEÑOS.-
Palabra que pudiéramos también catalogar como regionalismo, porque, si bien
figura en el Diccionarlo, no se usa o se usa poco en la Península, con significado
arcaico de "diarrea" (con perdón)».
El DRAE recoge una cuarta acepción poco
usada para la palabra «despeño.- flujo
del vientre». También recoge una primera acepción coloquial para la palabra «corrensia.- diarrea».
Pancho Guerra en las Memorias de Pepe Monagas, nos cuenta de las artimañas del
protagonista para dejar “fuera de riña”
a un gallo ganador, porque había apostado por su contrincante, y nos narra tal
acontecimiento de esta forma:
«… Lo primero de todo: lo
sometimos a una dieta tan rigurosa como la que aguantaba, sin alientos ni para protestar,
la clientela de la fonda “El Tarugo” (…) Ya el martes por la tarde, el canabuey
pegó a escorarse, con una flojera que daba pena. El miércoles, siguiendo la consigna
de don Secundino y de Castrito el Tollo, breé al animalito con una escoba,
dejándolo cuando, ya molido y mareado, remeneaba al modo de un correíllo metido
en leva. Tan desmayado estaba el jueves, que le dimos algo de comer, aunque
añadiendo al escaso condumio pita sábila, porque corrompiera de mondongo y
despeñara. Con este “Pancho y Micaela”, lo que al gallo no se le iba en lágrimas
se le iba en suspiros. El viernes y el sábado el animalito era ya un trapo. Lo
mismo se iba de culo que de varetas, cuantas veces intentaba ponerse en pie
sobre sus patas, vueltas canillas de vieja …».
Para entender el final del cuento aclarar
que el DRAE incluye las siguientes locuciones verbales coloquiales y su
significado: «irse, o estar, de vareta
alguien.- 1. Tener diarrea».
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