Cuando
el pico del Teide aparece cubierto por una pequeña nube, parecida a la
"toca" que antes lucían las monjas, siempre se ha dicho que es una clara
señal de que va a llover.
En los últimos tiempos el conocimiento de la meteorología, los procesos atmosféricos
y el particular estudio de las nubes, ha permitido definir la
intensidad de las lluvias y si estas vienen acompañadas de viento, según
el tipo de nube que queda atrapada en el pico. A partir de ahí han
surgido nuevas denominaciones, como "sombrero", "boina", etc., pero
siempre pervivirá la más antigua expresión de la "toca" que dieron los
pastores y agricultores por su continuada observación de la naturaleza.
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