Esta sutil advertencia se la mandaban
las madres a sus hijas cuando eran demasiado coquetas y miraban de frente a los
jóvenes tratando de enamorarlos. Utiliza mucha picardía: primero manifiesta que
es muy joven aún para estar tirándole los "tejos" ("aseada", sin conocer varón);
y concluye con una clara apreciación de que su "incontinencia" sexual
no es la apropiada para su edad (mojada
la delantera). Es el doble sentido del rico léxico canario.
Se cuenta que este dicho surgió
en el ámbito de las lavanderas de las acequias, cuando se dicen "asiadas", que están frecuentemente
lavando, en consecuencia muy limpias, y que siempre terminan con su delantal
mojado por agacharse en la acequia para lavar.
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