miércoles, 6 de noviembre de 2013

Contigo, gofio y cebolla




Se trata de una adaptación de foráneo "Contigo, pan y cebolla", por el que una pareja se promete amor más allá de las dificultades que puedan sobrevenir, tanto a las buenas como las malas, con alegrías o con lágrimas, en la riqueza como en la pobreza, desde el principio que lo importante es el amor entre ambos que permitirá superarlo todo, inclusive las penurias y estrecheces.

La adaptación del decir en las islas se fundamenta en la propia alimentación del campesinado canario, donde el pan fue sustituido por el gofio nacido en el costumbrismo prehistórico aborigen, tanto lo fuera de trigo o millo tostado.

La vida en el campo, tanto labradores como pastores a los que hace más de un siglo llamaban "campurrios" en el léxico canario, tenía su alimentación diaria totalmente relacionada con el gofio. Cuando el sol despuntaba, se tomaba una sencilla escudilla de leche y café con gofio, para a media mañana tomar el llamado "tumbo del puchero", algo de caldo con alguna papa sobrante de la noche anterior con gofio. A la hora del  "ayantar", entre las dos y tres de la tarde, en unas islas se tomaba el sancocho de pescado salado y en otras las costillas saladas, acompañados de papas y batatas o boniatos sancochados, con su respectivo mojo rojo o verde, y la pella de gofio con plátano y miel. Ya de vuelta a casa, a la caída del sol y si tocaba, el buen puchero canario de varias carnes, con piña y pera, y si no, el escaldón de gofio "acondutado" con queso duro o aceitunos del país.

La historia del decir primigenio se pierde en los siglos y a lo ancho del mundo. Está acreditado que las clases más humildes y trabajadoras  del antiguo Egipto realizaban dos comidas: la primera consistía en pan con cebollas y la segunda avanzada la tarde ya incorporaba ajos y rábanos. Independientemente de la clase social habían dos productos fijos en su alimentación: el pan y la cebolla.

El pan del antiguo Egipto era elaborado normalmente con trigo, llamado espelta, y ocasionalmente se sustituía por la cebada o harinas de loto y de chufa. Se molía el grano en un gran mortero de piedra y la harina se amasaba con agua y sal en una artesa. Para la clase privilegiada se elaboraba un pan amasado con leche, anís, cominos, clavo y canela. Las hogazas redondas u ovaladas se horneaban pegadas a las paredes del horno. En determinados ritos religiosos o funerarios se hacían panes con formas de animales o humanas.

La cebolla egipcia, también llamada cebolla aérea o de árbol,  es una planta perenne que se puede plantar en casi cualquier lugar en el otoño. Su particularidad es que esta cebolla forma pequeños bulbos o grupos de bulbos en el lugar donde crecen comúnmente las flores, además de aquella que se encuentra formando la raíz. Si no se cortan las cebollas "aéreas", éstas terminarán por plegarse hasta entrar en contacto con el suelo y se enraizarán también.

Pan y cebolla además de ser los alimentos básicos del antiguo Egipto, guardaban estrecha relación con sus creencias. Ambos figuran en las listas de ofrendas, y la cebolla era adorada pues creían que su forma esférica con anillos concéntricos simbolizaba la vida eterna. Son mencionados en antiguos jeroglíficos de la primera dinastía de faraones 3.200 años antes de Cristo, y nombrados en papiros encontrados en sus tumbas formando parte de las ofrendas funerarias. Por las propiedades de la cebolla, aroma y antisépticas, fue utilizada en los embalsamientos, encontrándose en la momia de Ramsés II y Ramsés IV, de 1.160 antes de Cristo, pues rellenaban las cavidades de los ojos, la pelvis y el tórax con ellas. También la utilizaban para el tratamiento de enfermedades de la sangre, catarros y problemas estomacales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario