La
interpretación de este decir no
parece ofrecer mayores dudas de forma generalizada. Comentaríamos que hace
referencia a alguien que tiene su cara arrugada, encogida, fruncida u otros
sinónimos. La comparación de la apariencia del rostro de cualquier persona con
una breva, no tiene otra explicación
que adjudicar cualquiera de esos calificativos, sencillamente porque cuando la breva presenta arrugas y aberturas en su piel es
cuando más apetitosa estar para comer, dado que si no las tuviera estaría el
fruto verde, o si al contrario, por sus aberturas se aprecia el color rojizo,
ya se desaconseja su consumo.
Es
conocido que la breva es el primer
fruto en las dos primeras cosechas da una higuera, pues al fruto de las
siguientes ya le llamamos higo,
distinguiéndose de este último por ser más grande y con forma más parecida a la
pera, además de ser mucho más delicada y resulta conveniente conservarla en
frío dado que debe consumirse entre dos o tres días.
Muchos
son los estudiosos filólogos que han manifestado que el verbo reflexivo "regañarse" del que deriva "regañado" es una voz del
léxico canario de procedencia portuguesa, en la práctica coincidente con el
significado que recoge Academia Canaria de la Lengua «1. v. Descomponer o encoger el rostro comprimiendo especialmente los
labios y los ojos, por dolor, aspereza de las cosas, deslumbramiento o
repugnancia. 2. prnl. LP. Cansarse,
extenuarse». Y así se le incluye en una incompleta lista de voces
portuguesas incorporados al léxico canario como baña, bosta, burgado, cango, fechillo, guecho, lebrancho, murgaño,
puyo, peco, regañado, tortullo, tujir, etc.
Para
ese mismo verbo regañar, sin la
acción reflexiva, el DRAE nos aporta distintas acepciones: «1. Reprender, reconvenir. 2. Dicho de un perro: Emitir cierto sonido
en demostración de saña, sin ladrar y mostrando los dientes. 3. Dicho del hollejo o corteza de algunas frutas
cuando maduran, como la castaña, la ciruela, etc.: abrirse (henderse).
4. Dar muestras de enfado
con palabras y gestos. 5. Contender o disputar altercando de palabra o de obra,
reñir».
Puede
apreciarse que la más parecida al léxico canario es la tercera acepción, pero
en este caso el sujeto de la acción verbal es "el hollejo o corteza de algunas frutas", que en la práctica
incluye a nuestra breva. Esa
preferencia nuestra con este fruto, es porque en las islas es conocido desde
los tiempos prehistóricos, como nos lo cuenta Abreu y Galindo:
«Había en esta isla gran abundancia de
higuerales, los cuales habían puesto los mallorquines, de los que habían traído
para mantenimiento y provisión, que en pocos años se dieron; y, como los
canarios gustaron de la fruta, dieron a plantarlas por toda la isla, y con el
vicio se multiplicó. Y, como nacían silvestres, tenían la cáscara gruesa y
dura, pero muy sabrosos; y haylos hoy en gran abundancia de estos (árboles)
salvajes, en muchas partes de la isla.
Cuando verdes, los llamaban a los higos
arehormaze, y cuando maduros y dulces y pasados tehaunenen. Era principal
mantenimiento de toda la isla. Guardábanlos después de pasados en grandes
esportones como seras, que llamaban carianas; después los prensaban y hacían
llanos, y los ensartaban en juncos y los colgaban y así guardaban todo el año.
Otros los majaban y hacían grandes pellas y así los guardaban todo el año. Esta
fruta no la hubo en otra isla, sino en esta de Gran Canaria; y en ella los hubo
desde que a ella aportaron y arribaron los mallorquines, que dieron la orden y
traza de plantarlos”
Fue
así como ese fruto que por excelencia crecía de forma silvestre era observado y
después comparado con las expresiones del rostro humano. No obstante habían sus
distintas apreciaciones.
Pancho
Guerra nos dice que REGAÑADO tiene el
significado de «Rajado, cuarteado, medio
roto». Añade la voz más próxima del DRAE "Remellado: que tiene mella. Dícese principalmente de los labios y
de los ojos".
Incluye
a continuación la voz REGAÑIZAS con
el seísmo Regañisas, aportando la siguiente explicación y expresión literal: «Visajes burlones. Muecas ofensivas. (Muy usado
en Gran Canaria. Mariano Daranas escribía por la primavera de 1958, en un
comentario a la situación francesa cuando la crisis de Argel, publicado en ABC:
"La historia tiene repeticiones macabras, como la calavera que de repente
hiciera a los vivos regañizas (subrayamos nosotros), enseñándoles una lengua
sangrienta." "iSeñor maestro: Este niño me está jasiendo regañisas!")»
Por
las explicaciones dadas se aprecia la diferencia expresiva del rostro entre
estar "regañado" y por
hacer "regañizas",
expresión última que nos abunda también Agustín Millares Cubas cuando nos dice literalmente
de la misma «No es lo mismo que
"regaño", esto es, mueca expresiva de cólera o disgusto. Regañiza es
la mueca en general, sin distinción de matices. —No seas mal criado. No me
hagas regañizas».
De
todo ello se deduce que "Estar más
regañado que una breva" es tener el rostro arrugado o fruncido,
parecido a la piel de una breva en el
momento que debe consumirse; distinto de "hacer
regañizas" que es hacer muecas de burla; y ambas totalmente distintas
de "regañar" que es reprender,
que cuando el destinatario sea el siempre sincero niño, su rostro asiente
bajando la mirada y puede que ponga boca con "bico". Es la riqueza de
los matices del léxico reflejados en la cara.
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