domingo, 17 de noviembre de 2013

Sardina que el gato lleva, vendida va




Hace referencia a los acontecimientos vividos y también a la firmeza de la palabra dada, de que los tratos realizados son firmes, son negocio cerrado, sin especular si se podía haber sacado más o menos.

Es una adaptación del castellano "Sardina que lleva el gato, tarde o nunca llega al plato" y que alude a todo aquello que habiendo desaparecido no hay esperanza de recuperarlo. En la adaptación realizada en las islas, se aleja del negativismo que parece sustentarse en la resignación o lamentación por lo pudo haber sido, y se afianza el positivismo que los hechos acontecidos son del tiempo pasado y en consecuencia son invariables.

Lo que pudo ser y no fue, no debería nunca inducir a cuestionarnos que los hechos pudieron haber tenido otros resultados si se hubiera actuado o acontecido de otra forma, ni tan siquiera generar alguna expectativa de arreglo con el paso del tiempo, tal como refleja el refrán castellano. El decir canario se aproxima más al castellano que reza "A lo hecho, pecho".

El suceso que acontece refiere que "el gato se llevó la sardina", figuradamente haciendo alusión a un hecho, fortuito o no, que nos ha podido hacer un notable daño económico o sentimental; como quiera que ya no tiene solución, mejor es asumir que "la sardina ya está vendida", en el sentido figurado de entenderlo como un riesgo previsible, y aunque lo fuera por error propio, como dice el último refrán castellano citado, "mejor sacar pecho" y hacer frente a las probables críticas que nos pudieran caer cuando nos responsabilicen de lo sucedido.

En toda lógica, no complaceremos al que nos haga responsable de lo acontecido, pero sí seremos más coherente con nuestra acertada forma de pensar de no desgastarnos en remordimientos. 

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