miércoles, 20 de noviembre de 2013

Está para la candonga




Se trata de un antiguo decir prácticamente perdido que se usaba para referirse a alguien medio moribundo, es decir, el actual ¡Está en las últimas!.

Agustín Millares Cubas, lo incluye en el léxico de Gran Canario, del que dice:« CANDONGA.- Cárcel, mazmorra, chirona. 'En el colegio hay una candonga para los niños ruines'».

Más tarde Pancho Guerra abunda en las explicaciones y expresiones, acercándonos al origen de esta palabra: «CANDONGA.- Lugar donde son arrinconados provisionalmente los gallos de pelea fracasados: mestizos, mestizays, barajundas. También se llama candonga a la cárcel: "Está en la candonga”».

A partir de esta definición el anterior autor desarrolla distintas hipótesis que guardan relación con los estudios del prestigioso filólogo Joan Coromines diciendo: «En el Corominas encontramos “candongo”, voz que, conjetura el autor, estaría por “candidongo”. Señala el profesor que “cándido" significa “tonto”, “mentecato”, en el Perú y Andalucía, y “candungo” es en el Perú término burlesco del propio significado. La candonga podría ser, pues, una especie de limbo para gallos cándidos, para gallos que desmienten la sangre pugnaz, belicosa, pendenciera que es de ley en los de su raza.

Es posible que también tenga relación con la voz el adjetivo castellano “candongoga” = perezoso, que tiene maña para huir del trabajo y “candonguear”. 'Estar para la candonga': ni que decir que de la candonga al puchero no hay más que un paso. Los gallos en tal apartamiento andan en los últimos cacareos, en filos del guiso. La locución se extiende a moribundos, lo mismo personas que animales, y a extremas crujías. El que en la Isla está con la candela en la mano o el alma entre los dientes, como en castellano dicen castizamente, ese está listo para la 'candonga'. Lo mismo el caído ,que no parece que levante cabeza más».

Más recientemente encontramos el término en el Diccionario Histórico del Español de Canarias que añade además «Como se ve en el TLEC [=Tesoro lexicográfico del español de Canarias] es esta una palabra que presenta una designación muy unitaria en casi todas las islas, sin que se tenga una explicación clara y determinante sobre su origen. El término existe en América, aunque con significados diversos y diferentes del canario».

Pancho Guerra incluye la voz en los textos de las Memorias de Pepe Monagas (Madrid, 1958), cuando describe el siguiente paisaje costumbrista: «La perrera estaba allá por los Poyos del Obispo. Era un teso cercado por unos muretes, con un ancho portalón, en cuya municipal candonga iban cayendo los perros sin ley y sin sombra de amo, los perros granujientos de la ciudad, cosecheros mayores de garrapatas, patadas, pulgas y mataduras, que encontraban un hueso como uno puede encontrarse un gordo de lotería, agarrando entonces una indigestión».

La referencia antes apuntada al "lugar donde se arrinconaban los gallos de pelea fracasados", perdedores en las peleas y a la espera de su destino final, el caldero, unida a las hipótesis que sobre la introducción de esta antigua afición en Canarias fue por los indianos que procedían de Cuba donde también eran usadas las "espuelas naturales postizas", pudiera sustentar que la candonga fuera la "jaula o cárcel de los gallos moribundos", a partir de donde surgiría el decir dedicado a aquellos que se encuentran en los últimos días de su vida.

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